La Fuente
- Carla Messori
- 4 feb 2019
- 2 Min. de lectura
-¿Qué pediste?- dice él. Es la única cosa que ha estado en su mente desde que se alejaron de la fuente.
-¿Disculpa?- dice ella fingiendo que no escucho, aunque lo hizo perfectamente, mientras se sonroja tal vez a causa del whisky.
-Cuando estábamos en la fuente… ¿qué pediste?- Insiste.
-Es algo muy tonto, ridículo incluso, además si te lo digo no se hará realidad.
-Te prometo no reírme, y quien sabe capaz yo pueda ayudarte a cumplir tu deseo- su curiosidad por esta chica lo iba a volver loco.
-¿Prometes no reírte?- tal vez sería el efecto del whisky que la estaba envalentonando para decirle a este casi desconocido su deseo de toda la vida.
-Lo prometo- dice como una sonrisa un tanto ansiosa.
-Puede que esto sea una mala idea, y en tal caso le echo la culpa al whisky por decírtelo- estaba divagando para cambiar de tema y no tener que decirle.
-No creo que sea tan mala idea y ¿por qué será culpa del whisky?
-De acuerdo a mis estadísticas el 95% de las decisiones que he tomado bajo el efecto del whisky han sido terribles.
-¿Y el otro 5%?- de verdad que su fascinación por ella solo crecía con cada palabra que salía de su boca.
-Han sido muy geniales.
-Quiero ser del 5%- de verdad que quería ser de ese pequeño porcentaje de cosas geniales en su vida – y no cambies de tema.
-Está bien- dice más resignada que otra cosa.
Ella cierra los ojos y sonríe, en su mente reproduce el momento del deseo.
Se encuentra un poco atolondrada por todo lo que ha bebido en el bar, pero a unos cuantos pasos ve una fuente.
-Pide un deseo, con tal es tu cumpleaños- dice él dándole una moneda.
Ella se coloca de espaldas a la fuente y le susurra a la moneda -“quiero enamorarme de alguien y que ese alguien me ame también”- besa la moneda y la arroja hasta que escucha como cae en el agua.
-Desee, enamorarme de alguien y que ese alguien se enamorara de mi- y ahí abre los ojos y lo ve sonriendo -¿es ridículo verdad?
-No, no lo es, no es tonto que quieras amor –dice mientras sonríe- es lo que todos queremos- él mismo quería amor.
-Es tonto porque por lo general es mi deseo- ella se ríe por haberlo admitido –Es que siempre he querido que me vean de esa manera ¿sabes?, esa manera que hace que el resto de las chicas en una habitación sientan celos, esa mirada que te dice que eres la única, especial.
Ella se sonroja mientras se ríe y se cubre el rostro, el solo puede sonreír al verla de esa manera.
-Estoy seguro de que conseguirás que alguien te vea así- lo dijo con mucha seguridad, tal vez porque ella ya tenía quien la viera como si fuera magia.

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