top of page

POSTS RECIENTES: 

SÍGUEME:

  • Black Twitter Icon
  • Black Instagram Icon

¿P...?

  • Foto del escritor: Carla Messori
    Carla Messori
  • 25 feb 2018
  • 3 Min. de lectura

Salgo del trabajo, pero no quiero ir a casa, no estoy preparada para llegar y tener que lidiar con mi esposo y dos niños pequeños, necesito un momento para mí sola; vía mi casa hay varios hoteles y decido parar por un trago…

Me estaciono y dejo mi chaqueta en el auto; hoy uso un vestido amarillo algo ceñido al cuerpo, un poco más arriba de las rodillas y tacones de punta beige, entro al hotel y me dirijo al bar, este tiene poca iluminación, voy directo a la barra y pido un whisky.

Veo un par de hombres ya mayores seguramente casados que están con unas jovencitas que tienen que ser sus amantes o unas prostitutas; veo que uno de estos hombres le entrega la llave de una habitación y se va, cerca de 10 minutos después la chica que estaba con él, sale en dirección al ascensor asumo que para encontrarse con su cliente.

Pido otro whisky, lo bebo lentamente mientras escucho la suave música estilo jazz que invade el ambiente, alguien se sienta a mi lado, muevo la cabeza para poder ver quién es y es un hombre cerca de sus 30, muy atractivo, cabello rubio, ojos cafés, usa camisa y chaqueta.

-Eres muy guapa- me gusta escuchar esto de un hombre que no sea mi esposo, me hace sentir joven y atractiva.

-Gracias- digo dando un sorbo más.

-Es raro encontrar a una mujer tan linda como tú en este bar… sola- dice “este bar” como con algo raro, no entiendo, ¿este bar?, ¿Qué tiene este bar?

-¿Ah sí? Bueno necesitaba un trago- digo alzando el vaso.

-Bien… espero que no importe que te acompañe- comenta y señala al barman para que le dé un whisky.

-No, no importa- que este hombre este hablando conmigo me hace sentir un poco rara, pero rara en un buen sentido.

Da un sorbo a su trago y suelta

–Quiero saber… ¿Cuánto cobras por noche?- ¡mierda! –Tengo una habitación en este hotel y bueno… podemos ir.

Casi me ahogo ante ese comentario.

MI ER DA…

¿Cree que soy una puta?

Con razón lo de “este bar”… este hotel, las prostitutas que vi hoy… esto es un hotel de putas.

Entonces él cree que soy, que soy ¿una puta?, pero no sé si sentirme ofendida, bueno si estoy ofendida, pero al mismo tiempo me siento un poco… ¿excitada?

¿Qué demonios debo responder?

¿Quiero acostarme con él?

¿Cuánto cobra una puta?

¿Soy una puta?

¿Puedo ser una puta por una noche? ¿No?

Algo en mí se siente… vivo, una pequeña parte de mí quiere serlo, al menos por una noche, pero soy una mujer casada, ¡casada! Amo a mi esposo, pero tengo tiempo sin sentir esto, sentir algo así de intenso y menos por un desconocido, siento que estoy ardiendo puedo sentir mi cara roja, mi respiración esta acelerada al igual que mi corazón, mis muslos se tensan debajo de mi vestido y tomo una decisión…

-Mmm… podemos subir a tu habitación y allá hablamos de eso…- digo mordiendo mi labio sin saber que va a responder, esperando que no note mi nerviosismo.

-Habitación 315- dice con franca emoción mientras me da la llave –adelántate, ya voy.

Tomo la llave magnética y me dirijo al ascensor mientras las puertas se cierran, veo mis manos, me quito mi anillo de matrimonio y lo guardo en mi cartera.

Lo que no sepa, no le hará daño…

Comments


BÚSQUEDA POR TAGS: 

© 2023 por Secretos de Armario. Creado con Wix.com

  • Twitter Round
  • Instagram Black Round
bottom of page