top of page

POSTS RECIENTES: 

SÍGUEME:

  • Black Twitter Icon
  • Black Instagram Icon

Top 5

  • Foto del escritor: Carla Messori
    Carla Messori
  • 7 feb 2018
  • 4 Min. de lectura

Mmm… hago un pequeño ronroneo típico de cuando me despierto, giro sobre la cama ¿la cama?, ¿en qué momento llegue a casa?, maldición me duele la cabeza, aun con los ojos cerrados me estiro un poco y los abro poco a poco -¿Dónde demonios estoy?- entre cada parpadeo más me convenzo de que no reconozco esta habitación, hay una laptop plateada en el piso con su cargador encima, hay un estante con muchos libros –quisiera ver cuáles son- otro parpadeo y me fijo en las paredes son azul marina y beige, es totalmente la habitación de un hombre y estoy segura que no es de algún amigo, respiro profundamente y decido ver bajo la cobija -muy bien estoy vestida, con una franela que no es mía pero al menos cargo pantis- respiro –Voltea- me digo a mi misma en mi cabeza –voltea a ver si hay alguien- pff –obvio que hay alguien- me respondo yo sola.

Doy la vuelta lentamente y obviamente que hay alguien y es bastante… atractivo –por lo menos algo bueno agarraste- tiene pestañas largas, una barba como de 3 días y labios gorditos, veo que se mueve en la cama y me volteo de inmediato “estoy dormida” –por puta, Paola, por puta- cierro los ojos y respiro profundamente -piensa en anoche- me digo.

Fui a un bar que está relativamente cerca de mi apartamento -¿y por qué estás aquí ah?- mi carro se accidento y no había una grúa disponible ¿no? – Si algo así- cerveza, tequila, -si eso explica el dolor de cabeza tan horrible que tengo- bebí demasiado y mi yo salvaje salió a jugar con… David, Daniel -¿cómo se llama?

-Buenos días o buenas tardes, no sé qué hora es- dice una voz rasposa a mi espalda, genial su voz es sexy

-Hola buenos días- finjo que me estoy desperezando y volteo a verle, tiene grandes ojos marrones.

-¿Qué tal dormiste Paola?- ¡maldición! él sí se sabe mi nombre.

-Bastante bien, pero tengo un dolor de cabeza terrible.

-Lo imagine, ahora te traigo algo para eso- dice mientras se sienta sobre la cama.

-Gracias…- digo alargando la palabra.

-No recuerdas mi nombre ¿cierto?

-Claro que sí- respondo instintivamente.

Se encoje de hombros y sonríe, muy bonita sonrisa, dientes bonitos, punto débil.

-Como me llamo.

-Daniel- digo fingiendo seguridad.

-Error, tienes dos oportunidades más.

-David – hace el sonido de un buzzer que me dice que estoy equivocada –Damián.

-Tenemos una ganadora- dice riéndose mientras sale fuera de la habitación.

Me doy cuenta que solo cargaba un bóxer, tiene bonito trasero y espalda ancha –Está muy bien Paola- me felicito a mí misma, esto es un intento estúpido por aminorar el sentimiento de metiste la pata.

-Te ganaste dos advil y un vaso de agua- dice sonriendo, si definitivamente fue por esa sonrisa que termine aquí, me las tomo y decido preguntar.

-Mmm… ¿tú y yo?- señalo el espacio entre nosotros y el solo suelta una carcajada.

-¿Hasta dónde recuerdas?- deja de reírse al ver mi cara de confusión.

-Para ser honesta no mucho, recuerdo cerveza y tequila - veo mis dedos –ah… y que mi carro se accidento.

-Recuerdas lo esencial, bebiste demasiado, pero demasiado, habías llamado a una grúa desde mi teléfono- ok así nos conocimos.

-¿Y mi celular?

-Creo que no tenías batería- asiento y él continua

-En fin la grúa tardo mucho en llegar y bebiste muy rápido.

-Ya entendí mi estado de ebriedad, deja de recordarlo- digo mientras paso las manos por mis sienes.

Él solo sonríe ante mi comentario lleno de chocancia e irritabilidad matutina.

-¿Café?

-Por favor- sale del cuarto y yo lo sigo, me veo en un espejo que cuelga de la pared, si él anda en bóxer yo puedo andar así -¿eso es todo?- llegamos a una cocina como de revista con un desayunador de granito negro.

-No, no es todo, pero necesitas café, en fin había un poco de tipos locos por ti -Paola perra –Llego la grúa pero tú solo decías que te llevara a casa, mas no dabas la dirección de tu casa, y como me llamaron a mí hice que trajeran el carro hasta acá y lo aparcaran en el frente del edificio, por cierto me debes lo de la grúa.

-¡Qué vergüenza!- digo y me tapo los ojos –te lo pagare, en cuanto consiga mi cartera.

-Algo y está bien tranquila- el hace un esfuerzo para no reírse -¿azúcar?

-Jamás

-Estás loca- dice dándome la taza.

-¿Y te diste cuenta porque tomo mi café sin azúcar?- solo se encoje de hombros y sonríe –No respondiste a mi pregunta original -¿nos acostamos? –ojala que no, porque sería un desperdicio no recordarlo.

-No Paola, no soy un depravado, que tendría sexo contigo mientras estas casi muerta- escondo mi cara tras la taza de café.

-¿Y tú camisa?- digo tocando la franela que cargo puesta – ¿y mi ropa en el piso?- señalo mi pantalón en el sofá de cuero.

-Dijiste que siempre duermes semidesnuda, y te empezaste a quitar todo- dice mientras ahoga su risa en un sorbo de café – te di una franela para que te pusieras algo.

-Qué vergüenza tan grande- camino y me tiro en el sofá, esperando que este me trague -¿pero si dormimos juntos?

-Si ese sofá es lo peor que existe para dormir.

-Qué vergüenza- repito y comienzo a reírme, no puedo hacer otra cosa y él me sigue –gracias a Dios que te pedí el teléfono a ti.

-Si pudo ser un tipo desagradable del bar- me sacudo el pensamiento.

-Bueno debería irme, ya moleste lo suficiente.

-No molestas, ha sido una de mis noches más divertidas, creo que está en mi top 5.

-¿Tienes un top 5 de noches divertidas?

-De hecho es un top 10 de noches memorables.

-Me gustaría escuchar alguna otra que este en tu top.

-Te podría contar alguna, si… te quedas a desayunar.

-¿Harás el desayuno?

-Sí que clase de chef seria si no puedo hacerte el desayuno.

-¿Eres chef?

Asiente en respuesta y me guiña un ojo, mientas apoya ambas manos en los extremos del desayunador.

-Nunca me ha cocinado un chef el desayuno y muchos menos he estado en el top 5 de alguien.

-Estoy seguro de que has estado en el top 5 de muchas personas solo que no te lo han dicho.

-¿Qué te hace pensar eso?

-Tengo la sensación de que eres de ese tipo de personas, ya sabes memorables, esas que siempre vas a recordar- no puedo evitar sonrojarme y sonreír.

-Me encantaría desayunar contigo- tengo que desayunar con él.

Lo veo ir al cuarto para ponerse pantalones de chándal y luego vuelve a la cocina -Esta vez elegiste uno bueno Paola, ni sobria lo habrías hecho mejor.

Comentarios


BÚSQUEDA POR TAGS: 

© 2023 por Secretos de Armario. Creado con Wix.com

  • Twitter Round
  • Instagram Black Round
bottom of page