Perdóname
- Carla Messori
- 3 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Estamos sentados en el piso uno frente al otro, tomo una respiración profunda y digo…
-Eras lo único bueno en mi vida- su cabello está casi al rape, tal como lo recordaba.
-Claro que no.
-Hablo en serio, durante el tiempo que estuvimos juntos eras lo único bueno que tenía- lo veo directo a los ojos esperando alguna respuesta, como no hay una doy un sorbo a la botella de tequila.
-Siempre has sido algo exagerada- me quita la botella y hace lo mismo que yo –asco, siempre he odiado el tequila.
-Lo sé, pero es lo mejor en estos casos, me suelta la lengua y sabes me pongo habladora.
-¡Dios! Si lo recuerdo, te encantaba hablar demás, podías contar tu vida entera y ni cuenta te dabas.
-Lo lamento, sé que no te gustaba al igual que no te gustaba cuando tenías que cuidarme toda la noche.
-Detestaba que te emborracharas tanto- dice desviando la mirada a la botella en sus manos, da un sorbo más –pero entendía que estabas luchando con tus demonios.
-Sí el problema era que no entendía que mis demonios saben nadar en cualquier tipo de alcohol- le quito la botella de las manos y la veo.
-Espero que se hayan ahogado –doy un sorbo bastante largo que me hace arrugar la cara.
-Me tomo un tiempo, pero creo que la mayoría se ahogaron y los que no… bueno tenemos una especie de tregua.
-Me alegro por ti- siento que sus ojos verdes pueden ver mi alma, tenía tiempo sin sentirme tan vulnerable.
-Por eso vine a verte, estoy en esa etapa de querer arreglar las cosas con las personas que lastime.
-Entonces… ¿Por eso estas aquí?- asiento con la cabeza y veo mis zapatos
-Sabes que no tienes que pedir disculpas ni nada… yo te perdoné en el mismo instante en que te fuiste- ¡Wow! Eso no lo vi venir, siento como mis ojos se llenan de lágrimas.
Odiaba su madurez, su espiritualidad, por un momento necesitaba que me odiara se me hizo más fácil creer que así fue, pero no, él sabía lo que era estar en mis zapatos por eso siempre fue tan especial conmigo.
-¿No podías odiarme verdad?
-No…- me quita la botella de tequila –Ya te odiabas los suficiente por los dos- ¡Auch! Eso fue directo al corazón y no puedo contener las lágrimas.
-Eso es cierto digo, pero de todas maneras… lo siento mucho.
-No hay nada que perdonarte con el simple hecho de que tú te hayas perdonado a ti misma es suficiente.
-Lo siento, perdóname, te amo, gracias- me acerco a él en busca de un último abrazo –Ven aca- dice mientras me jala hacia él.
Lo abrazo muy fuerte, respiro el olor de su perfume y mojo su suéter con mis lágrimas, saco todo el aire de mis pulmones y abro los ojos.
-Lo siento, perdóname, te amo, gracias- digo en voz alta con la voz quebrada gracias al llanto, sé que donde sea que este él me ha perdonado y más importante me perdone yo.

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